La interna del peronismo bonaerense sumó un nuevo capítulo cargado de tensión en Brandsen, donde el intendente camporista Fernando Raitelli protagonizó una violenta pelea con el concejal Lucas Bronicardi, dirigente local cercano a Mario Secco y alineado con el gobernador Axel Kicillof.
El episodio ocurrió el 11 de septiembre de 2025, apenas días después de las elecciones que reconfiguraron el mapa político en la provincia de Buenos Aires. Según trascendió, Bronicardi descargaba en su local partidario mercadería presuntamente enviada por el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad, a cargo de Andrés “Cuervo” Larroque. En ese momento, una asesora de Raitelli comenzó a tomar fotos desde la camioneta oficial, lo que encendió la mecha del enfrentamiento.
“Vienen a hacer persecución política. Desde la camioneta del intendente sacan fotos a un local partidario”, denunció el concejal mientras registraba la escena con su celular. La asesora se arrepintió y volvió al vehículo, pero segundos después bajó el propio intendente.
El intercambio comenzó con un apretón de manos, pero pronto derivó en recriminaciones. “Con qué permiso está sacando fotos a un local partidario”, lo increpó Bronicardi. Raitelli, con gesto serio, respondió con una frase tajante: “Yo soy el intendente del pueblo”, mientras ordenaba a su personal llamar a la policía.
Lo que siguió fue una seguidilla de empujones, manotazos y patadas. En medio del tumulto, el jefe comunal le gritó al concejal: “Delincuente. Andá a laburar”. Bronicardi no se quedó atrás y contraatacó con dureza: “Andá falopero. La cabeza quemada tenés, falopero”.
Los militantes que se encontraban en el local partidario se sumaron a la escena con insultos hacia el intendente: “Tomatelás, narco”, se escuchó entre los presentes. Finalmente, Raitelli decidió retirarse, pero no sin antes lanzar una advertencia cargada de contenido político: “Hacés quedar mal a tu gobernador”.
El hecho refleja con crudeza las tensiones que atraviesan al oficialismo provincial luego del resultado electoral. Mientras sectores de La Cámpora buscan reafirmar poder territorial, otras líneas internas del peronismo –como el Frente Grande y el sector de Secco– intentan consolidar su peso en el reparto de recursos.
Este enfrentamiento público, inédito por su violencia física, deja al descubierto la fragilidad de la convivencia dentro del mismo espacio político y abre interrogantes sobre la capacidad de recomposición del peronismo bonaerense en un escenario marcado por la crisis y la disputa de liderazgos.